Oreo, de Mondelez International

infoRETAIL.- Mondelez International ha facturado 26.581 millones de dólares (21.922 millones de euros) en 2020, lo que supone un incremento del 2,8% respecto al año anterior. En términos orgánicos, el avance ha sido del 3,7%. Sin embargo, el beneficio neto atribuido ha caído un 9,5% en 2020, hasta quedarse en 3.555 millones de dólares (2.932 millones de euros).

Por regiones, las ventas en Europa de la multinacional con sede en Deerfield (Illinois) han crecido un 2,4%, hasta alcanzar los 10.207 millones de dólares (8.418 millones de euros), mientras que la subida en Norteamérica ha sido del 14,8%, totalizando 8.157 millones de dólares (6.727 millones de euros).

En el lado opuesto, el fabricante de marcas como Oreo, Milka o Trident ha reducido ventas en Asia, Oriente Medio y África un 0,5%, quedándose en 5.740 millones de dólares (4.734 millones de euros), mientras que la caída en Latinoamérica ha sido más pronunciada (-17,9%), alcanzando los 2.477 millones de dólares (2. 043 millones de euros).

Las ventas en Europa han aumentado un 2,4% en 2020, hasta alcanzar los 10.207 millones de dólares (8.418 millones de euros)

En lo referido al cuarto trimestre del año, la cifra de negocio del fabricante estadounidense ha sumado 7.298 millones de dólares (6.019 millones de euros), un 5,6% más.

Para el presidente y CEO de la compañía, Dirk Van de Put: “2020 fue un año exitoso para Mondelez International y estoy orgulloso de nuestro desempeño. Nuestras categorías se han mostrado resistentes, con la excepción de los chicles, que han representado el 5% de nuestros ingresos en 2020. La fortaleza de nuestras marcas ha sido evidente, así como la dedicación de los empleados de todo el mundo que han trabajado con excelencia en circunstancias difíciles”.

“Hemos logrado avances significativos con nuestra agenda estratégica en 2020, con aumentos de la inversión en marcas y capacidades, simplificando nuestra cartera, expandiéndonos a nuevas categorías y realizando adquisiciones en áreas de alto crecimiento de snacks. Nos hemos movido rápidamente para mitigar los costes relacionados con el covid-19 y hemos cumplido nuestro compromiso de generar un sólido flujo de efectivo”, remarca.

Investigación de Bruselas
Por otro lado, la Comisión Europea ha iniciado una investigación por posibles prácticas desleales de Mondelez, al sospechar que actuó para restringir la competencia en una serie de mercados nacionales de productos como el chocolate, el café y galletas al poner trabas a la venta transfronteriza de sus artículos dentro del mercado único.

La vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia, Margrethe Vestager, ha explicado que sus servicios tratan de aclarar si el fabricante tomó una serie de medidas para complicar los flujos comerciales entre Estados miembro y levantar así los precios al consumidor de chocolates, galletas y café de sus marcas.

La CE investiga a Mondelez por posibles prácticas desleales, al sospechar que actuó para restringir la competencia en una serie de mercados nacionales de productos como el chocolate, el café y galletas

En concreto, la investigación busca aclarar si Mondelez puso trabas al “comercio paralelo” de sus artículos entre varios Estados miembro por la vía de acuerdos específicos o prácticas unilaterales, impidiendo que los minoristas pudieran adquirir los productos en un Estado miembro a menor precio y venderlos en otros países del mercado interior en donde los precios son más altos.

Entre las irregularidades que sospecha la Comisión figura limitar los territorios de venta dentro de la Unión Europea con acuerdos que especifican en qué países puede vender y en cuáles no, acuerdos para subir precios o limitar el volumen de las ventas a clientes que venden en distintos Estados miembro o restricciones en los idiomas del etiquetado.

En general, recuerda Bruselas, este tipo de comercio paralelo permite reducir los precios en los países en donde los productos se venden más caros, por lo que restringirlo puede suponer el aislamiento de un mercado nacional permitiendo al fabricante o proveedor facturar precios más altos en detrimento del consumidor.

El Ejecutivo comunitario también advierte de que estas restricciones pueden también reducir la variedad de la oferta a los consumidores europeos y considera que ello va en contra de las reglas de la UE.