Exterior de un supermercado Pingo Doce

infoRETAIL.- El Gobierno de Portugal plantea extender a hipermercados y supermercados el impuesto especial temporal sobre los beneficios extraordinarios que grava a algunas empresas en el contexto actual. Así lo ha expuesto ante el parlamento luso el primer ministro portugués, el socialista António Costa, cuyas declaraciones han creado un clima de indignación entre las principales cadenas de alimentación que operan en el país vecino.

En declaraciones recogidas por el diario portugués ‘O Jornal Económico’, el mandatario avanza que, además de a las compañías energéticas, la presión fiscal de este ejercicio se extenderá a las empresas de la distribución, “que deben pagar también por esos beneficios injustificados que les está proporcionando esta crisis de inflación”.

Costa no detalla si el impuesto a las cadenas de supermercados será el mismo al aplicado sobre las refinerías y empresas de petróleo, gas y carbón, que pagarán, como mínimo, un 33% de los beneficios extraordinarios obtenidos en 2022, aunque sí ha insistido en que el la norma tendrá un carácter “estrictamente temporal” y limitado al presente ejercicio 2022.

El presidente de la Asociación Portuguesa de Empresas de Distribución (APED), Gonçalo Lobo, asegura que las empresas del sector “no tienen beneficios extraordinarios y operan con márgenes muy bajos”

El Banco Central de Portugal respalda la aplicación de este tipo de impuestos extraordinarios (‘windfall tax’ en inglés) en un momento en que la tasa de inflación alcanza el 9,28%, la cifra más elevada de los últimos 30 años, y con las empresas de energía y alimentación a la cabeza de las subidas de precios.

De hecho, el anuncio del gravamen a la distribución coincide con la presentación de los resultados trimestrales de Jerónimo Martins, propietaria de una de las mayores cadenas de supermercados de Portugal, Pingo Doce, que ha obtenido hasta el mes de septiembre beneficios por valor de 419 millones de euros -un 29,3% superiores a los del mismo período de 2021- y un aumento del 21% en su facturación, que alcanza los 18.392 millones de euros.

Las reacciones ante el anuncio de Costa no se han hecho esperar. En una emisora de radio nacional, el presidente de la Asociación Portuguesa de Empresas de Distribución (APED), Gonçalo Lobo Xavier, ha asegurado que las empresas del sector “no están teniendo en ningún caso beneficios extraordinarios” y que operan “con márgenes muy bajos”.