Mercadona y la transformación digital

infoRETAIL.- Groupe Casino firmó con Ocado una alianza, a finales del pasado mes de noviembre, para desarrollar la plataforma inteligente de comercio electrónico ‘Ocado Smart Platform’ en los establecimientos franceses que Monoprix tiene en el área metropolitana de París y en Normandía.

El acuerdo incluye la futura implantación de un almacén totalmente automatizado, semejante al que Ocado tiene en Andover (Reino Unido) y que tiene la capacidad de preparar un pedido de 50 artículos en seis minutos, cuando un distribuidor tradicional tarda varias horas. Otra de las líneas de colaboración abiertas es la optimización del servicio de entregas de las tiendas a los domicilios.

Gracias a este acuerdo, Monoprix alcanza una ventaja competitiva diferencial en una disciplina tan compleja como el e-commerce de alimentación. Algo que quedaría fuera de su alcance si intentara resolverlo mediante inversiones propias. Por su parte, Ocado da un primer paso en el proceso de internacionalización anhelado por sus accionistas, a la vez que se asegura una fuente recurrente de ingresos que le permitirá afianzar su incipiente rentabilidad, complementando los acuerdos que ya tiene abiertos con Waitrose y Morrisons en Gran Bretaña.

Sin embargo, el acuerdo entre ambas compañías es paradigmático de la distancia existente entre las capacidades de una compañía pure player, en cuyo core business se encuentra el desarrollo de una tecnología puntera enfocada a la experiencia de cliente y la eficiencia operativa, frente a un distribuidor tradicional, cuyos activos son las localizaciones inmobiliarias, el desarrollo de conceptos y políticas comerciales atractivos, así como la apuesta por las personas como garantes del servicio al cliente en las tiendas.

Las compañías nacidas en internet destinan una inversión en clave tecnológica que supera el 10% de su cifra de ingresos

Los números confirman este “abismo”. Los retailers clásicos dedican la mayor parte de sus inversiones a aperturas y mejoras de los establecimientos físicos, mientras que su presupuesto en tecnología suele estar en una horquilla del 0,5% al 1,5% de los ingresos. Además, la mayoría de esta partida suele estar comprometida en costes recurrentes de mantenimiento de los sistemas legacy, dejando poco espacio para los proyectos más innovadores.

Mercadona, por ejemplo, ha reportado una inversión de 140 millones de euros en el epígrafe “transformación digital” en 2017 (0,6% sobre la venta bruta), en un año de especial empeño para avanzar en la renovación de su e-commerce; a comparar con los 667 millones invertidos en aperturas y reformas.

Frente a ello, las compañías nacidas en internet se caracterizan por el dominio de la tecnología como palanca intrínseca de sus modelos de negocio, por lo que sus inversiones en esta materia fácilmente superan el 10% de su cifra de ingresos.

Puedes leer el artículo completo, firmado por Jean Marie Benaroya, en este link.