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infoRETAIL.- El Covid-19 ha expuesto las fallas estructurales que han llevado a las compañías a revisar su estrategia de fabricación y  abastecimiento mundial, tras décadas en las que habían reducido la gestión de la cadena de suministro para cumplir los objetivos de rentabilidad y niveles óptimos de servicio, según revela un estudio elaborado por Boston Consulting Group (BCG).

La crisis sanitaria ha creado la necesidad de reestructurar las cadenas de suministro. BCG sugiere que las empresas tomen los siguientes pasos para evaluar y ajustar sus cadenas de suministro:

1. Alineación de los principios de diseño con la nueva realidad.
2. Segmentación de la cartera por riesgo de la cadena de suministro y comprenda los factores de rendimiento.
3. Identificación de palancas y opciones a nivel de segmento.
4. Evaluación de las opciones de diseño de la cadena de suministro para cada segmento.
5. Diseñar pruebas de presión en toda la empresa.
6. Rediseño de la red y supervisión del rendimiento.

"Para prosperar y ganar en la economía global posterior a la Covid-19, será necesario crear cadenas de suministro que sean resistentes a las interrupciones y lo suficientemente flexibles como para capturar nuevas fuentes de ventaja competitiva", explican desde BCG.

Antes de la pandemia, las fuerzas geopolíticas, tecnológicas y económicas habían comenzado a redefinir la globalización, y las empresas habían realineado sus cadenas de suministro globales en respuesta a las cambiantes estructuras de costes de fabricación, las mejoras en las tecnologías de fabricación, las guerras arancelarias y el creciente proteccionismo. En este contexto, muchas de ellas se fueron desplazando hacia la fabricación regional para estar más cerca de sus mercados finales.

Según BCG, el primer paso para mejorar la resiliencia es conseguir una visión clara de los riesgos de la cadena de suministro a nivel de empresa, segmento comercial o producto, en función del nivel que sea factible para una organización determinada. Las firmas deben medir su exposición a las interrupciones de forma absoluta y frente a sus competidores. La resiliencia de la cadena de suministro debe medirse en las tres partes de la cadena de valor:

- Fuente. Las métricas clave para medir la resiliencia del ecosistema de suministro de una empresa incluyen el grado en que se importan los bienes, el porcentaje de proveedores que se concentran en ciertos países, la proporción de suministros que se obtienen a nivel regional y están cerca de los clientes finales, la disponibilidad de respaldo proveedores de componentes críticos y niveles de inventario de insumos clave.

- Hacer. Las empresas pueden evaluar su capacidad de recuperación de fabricación al observar el porcentaje de capacidad concentrada en ciertos países, la cantidad de producción que se subcontrata y si tienen capacidad de producción de respaldo en ubicaciones existentes en caso de contingencias o instalaciones de respaldo calificadas en diferentes ubicaciones.

- Entregar. Las métricas para evaluar la resistencia de los canales descendentes que llevan productos a los clientes incluyen la participación de los ingresos provenientes de mercados que podrían verse afectados por fuertes aumentos de tarifas, qué parte de la red de distribución está cubierta por un solo socio, el tiempo de entrega promedio para mover un producto de una fábrica a un cliente, y niveles de inventario en el mercado final.