La Rambla de Barcelona

infoRETAIL.- El mercado de locales comerciales de Barcelona está experimentando un cambio de tendencia en la relación contractual entre propietarios y empresas arrendatarias de los activos. Por un lado, el Govern ha aprobado un decreto ley que supone una reducción de hasta un 50% de la renta de un activo arrendado por un establecimiento afectado por la prohibición temporal de abrir o por las limitaciones de horarios o aforo, siempre que no se haya llegado a un acuerdo privado entre las partes.

Esta ley se aplica para los contratos de arrendamiento firmados a partir del 1 enero de 1995 y podrá ejercerse mientras duren las medidas de restricción que impiden la apertura de establecimientos, incluidos aquellos casos en los que se sirvan comidas a domicilio (Artículo 2, c).

Por otro lado, desde que se reactivara el mercado inmobiliario en junio, en algunos de los contratos que se firmaban en el mercado retail barcelonés ya se estaban produciendo rebajas de hasta un 50% por parte de los propietarios en los que se establecía una renta mínima a percibir cada mes. De esta manera el propietario garantizaba unos ingresos mínimos mensuales en vez de tener el local vacío, según explican desde Laborde Marcet.

Actualmente, los propietarios firman alquileres más cortos, pasando de los 10 o 15 años que se venían firmando hasta el momento, a contratos de entre cinco y ocho años

Además, en algunas de estas operaciones se han introducido cláusulas en las que se establecen variables de entre un 13% y un 20% sobre la facturación neta mensual del inquilino y que también estarían sujetas al nuevo decreto ley (Artículo 2, a). Si ese porcentaje es mayor a la renta mínima garantizada que se haya acordado, el propietario tendrá derecho sobre el excedente.

“Por tanto, la relación sinérgica que existe entre ambas partes del mercado es fundamental para el éxito de las negociaciones privadas de los contratos en este contexto de crisis y cierre de establecimientos”, indican desde la consultora inmobiliaria.

Por otra parte, la duración de los contratos también se ha visto afectada debido a la crisis del coronavirus. En estos momentos los propietarios de locales ubicados en segundas o terceras líneas comerciales alcanzan acuerdos con las empresas sustancialmente más cortos, pasando de los 10 o 15 años que se venían firmando hasta marzo, a contratos de entre cinco y ocho años.

Incluso se llegan a pactar revisiones de las rentas a precio de mercado en periodos de tres años para adecuar las condiciones de los arrendamientos a la evolución coyuntural de la economía española, siempre y cuando el local se encuentre en buenas condiciones y el inquilino no haya tenido que hacer una inversión inicial elevada.

Para la directora de Retail de Laborde Marcet, Ángela Sánchez, superar esta crisis depende de la buena relación y negociación privada entre propietarios y arrendatarios: “Los primeros han de ser conscientes de que las empresas están sufriendo mucho y de que su facturación ha caído drásticamente; los segundos han de alcanzar acuerdos con la propiedad tratando de respetar al máximo el acuerdo contractual firmado”.

Barcelona, mercado rentable
Por otro lado, la consultora recuerda que el mercado de locales comerciales de Barcelona sigue siendo uno de los más rentables para la inversión: “Empezamos a detectar algunas buenas oportunidades de compra en activos de gran calidad con un horizonte de inversión a medio plazo”.

Las previsiones de la compañía inmobiliaria es que los locales en buenas ubicaciones o posiciones estratégicas no registren grandes descuentos en el medio plazo, por lo que fondos, family offices e inversores privados ya vuelven a estar en búsqueda de bienes inmuebles con presupuestos de a partir del millón de euros para activos de retail.