Ignacio García Magarzo, de Asedas

infoRETAIL.- La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) continuará reivindicando a lo largo de 2022 la condición de esencial para la cadena de alimentación en su conjunto, tal como ha reconocido la entidad en un comunicado en el que también insta a dotar al sector de los instrumentos legales necesarios para poder hacer frente a las crisis de todo tipo que pudieran sobrevenir.

El reconocimiento como sector esencial de la cadena agroalimentaria en su conjunto (y, en concreto, de la distribución alimentaria) durante los primeros estados de alarma motivados por la pandemia de la Covid-19 fue fundamental para que las empresas pudieran trabajar sin restricciones y garantizar el suministro de alimentos y productos de higiene a todos los ciudadanos. 

Dos años después, el presidente de Asedas, Ignacio García Magarzo (en la imagen) reconoce que “necesitamos garantizar, con el paraguas legal del reconocimiento como sector esencial, que esto va a seguir siendo así en el futuro y que las empresas de la cadena agroalimentaria contarán con el apoyo de las administraciones públicas ante cualquier problema que pueda suponer un riesgo para el acceso de la ciudadanía a la alimentación”, explica. 

La propia Comisión Europea ya considera al comercio como uno de los 14 ecosistemas estratégicos para la recuperación económica de Europa por su impacto en el empleo, la economía y el medioambiente, y por su papel como garante del acceso de la población a bienes básicos.

El reconocimiento de esta esencialidad deberá servir para facilitar los procesos que ayudan a garantizar que la alimentación nunca va a ser un problema, sean cuales sean los retos de la sociedad. Asedas pone el acento en alguno de los riesgos a los que el sector ha tenido que enfrentarse en los últimos años, y que a su juicio se pueden repetir, como la pandemia de covid-19 en sus diferentes fases; fenómenos climáticos como la borrasca Filomena; desastres naturales como la erupción del volcán Cumbre Vieja en la isla de la Palma o amenazas de cualquier tipo que puedan afectar directamente a la cadena de suministro, por ejemplo la huelga de transportistas del pasado mes de diciembre, que pudo suponer un riesgo para el abastecimiento de productos básicos.