infoRETAIL.- El responsable de grandes cuentas en España de Phenix Spain, Antonio Díaz, ha analizado los desafíos que plantea la gestión del excedente en el sector del gran consumo y el impacto de la nueva Ley 1/2025, de 1 de abril, de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, en el marco del programa de la cuarta edición del encuentro “Gran Consumo y Retail” de infoRETAIL.
Al inicio de su diálogo, 'Gestión eficiente del excedente: cómo el retail puede cumplir la ley y generar valor', moderado por el redactor jefe de la publicación, Pablo Esteban, Díaz ha explicado que “Phenix es una empresa de origen francés, estamos presentes en España, Francia y Portugal y nos dedicamos desde hace casi 12 años a la gestión de los excedentes de las empresas de gran consumo”. Según ha señalado, “el objetivo de sus servicios es intentar que el producto que tienen nuestros clientes no acabe en la basura: reducir, gestionar el excedente, valorizar el producto al máximo e intentar que ese producto no termine en la basura”.
Díaz ha detallado que este trabajo se realiza “con presencia directa en las tiendas de nuestros clientes, pero también en almacenes, plataformas logísticas o cualquier ubicación en la que se genera excedente”. En este contexto, ha expuesto que la merma es inherente a cualquier actividad industrial o comercial y que la compañía persigue aplicar ciencia, análisis de datos y tecnología para optimizar esa pérdida, mejorar el conocimiento de lo que ocurre en tienda y avanzar hacia un escenario en el que los contenedores estén vacíos y no se generen residuos orgánicos innecesarios en el retail alimentario. La compañía también trabaja con otro tipo de industrias.
Anntonio Díaz: “En España, solo en 2024, más de 1.200 millones de kilos de productos alimentarios acabaron desechados”
Antonio Díaz ha puesto de relieve la dimensión del problema al recordar que “en España, solo en 2024, más de 1.200 millones de kilos de productos alimentarios acabaron desechados mientras que entre 11,5 y 12 millones de personas se encuentran en riesgo de exclusión o inseguridad alimentaria”. A su juicio, esta situación refleja “una brecha entre una oferta que se desperdicia y una demanda social que no se cubre, por lo que la intervención del sector resulta imprescindible tanto con obligación normativa como sin regulación”.
Díaz ha insistido en que la gestión del excedente no solo tiene un componente social, sino también económico. Ha recordado que la normativa forma parte del “tsunami legislativo” al que se han enfrentado las empresas en los últimos años, aunque ha subrayado que “los productos que han ido perdiendo valor con el paso del tiempo en los lineales pueden convertirse en ventajas fiscales o en ahorros asociados a la reducción de los costes de gestión de residuos, que han sido crecientes para las empresas”. Por ello, ha defendido que la Ley 1/2025, de 1 de abril, de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, “debe entenderse como una oportunidad de mejora más que como una carga legislativa adicional”.
En concreto, esta normativa comenzó a aplicarse el 1 de abril de 2025 y cuenta con un periodo de transición hasta abril de 2026 para que las compañías adapten sus sistemas. Según ha expuesto Díaz, “la mayoría de las empresas han superado ya la fase inicial de interpretación de la ley y han entrado en un proceso de autoconocimiento y auditoría destinado a evaluar sus prácticas. A partir de ese diagnóstico, cada compañía está definiendo su propia estrategia de adaptación, con enfoques que van desde iniciativas más profundas orientadas a la optimización hasta ajustes más básicos”.
Antonio Díaz: “Quienes toman las decisiones sobre el destino de un producto son las personas que trabajan en las tiendas, por lo que la formación continua es determinante para reducir la merma”
Con respecto a Phenix, Antonio Díaz, ha explicado que “aplicamos una metodología basada en la mejora continua, el análisis detallado de cada punto donde se genera excedente y el estudio completo de la cadena de valor del producto, desde su entrada en tienda hasta su destino final”, añadiendo que “este proceso se apoya en tecnología, estandarización operativa y en un componente esencial: la formación de los equipos”. Asimismo, Díaz ha recalcado que “quienes toman las decisiones sobre el destino de un producto son las personas que trabajan en las tiendas, por lo que la capacitación continua -tanto presencial como a distancia- resulta determinante para reducir la merma”.
Díaz también ha señalado que “el producto fresco constituye uno de los principales retos en España, ya que supone alrededor del 70% del valor de la merma de una tienda. Darle una segunda vida, tanto si está envasado como si procede de mostradores de pescadería o carnicería, implica complejidad operativa, pero también representa una de las áreas con mayor potencial de impacto”.
Acerca del potencial de la gestión del desperdicio como factor diferencial de competitividad en el retail, Díaz ha afirmado que, por el momento, “los criterios de compra siguen siendo los tradicionales: precio, conveniencia o cercanía”. No obstante, “la experiencia acumulada en Francia -donde la ley lleva implantada una década- nos hace pensar que, con el tiempo, la información sobre el excedente y su gestión puede llegar a influir en las decisiones del consumidor”. Por ello, Phenix propone a sus clientes utilizar estos datos como herramienta de comunicación, mostrando, por ejemplo, cuántas raciones de comida se han salvado, con cuántas asociaciones se ha colaborado o cuánto residuo se ha evitado generar.
