AZTI usa PCR para el origen del mejillón

infoRETAIL.- El centro tecnológico Azti para la investigación genética de las especies marinas ha participado en el desarrollo de un nuevo método de control basado en las técnicas de PCR para asegurar la trazabilidad y la procedencia geográfica de los mejillones de acuicultura cultivados en la zona del Atlántico peninsular.

La herramienta cuenta con el apoyo de la beca predoctoral del Gobierno Vasco concedida a Ane del Rio y se enmarca dentro del proyecto europeo Seatraces, financiado por el programa Interreg de la Unión Europea y coordinado por el Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, que concluirá en 2023 y busca proteger y valorizar la pesca y la acuicultura de la zona atlántica.

El PCR (reacción en cadena de la polimerasa, por sus siglas en inglés), tan de actualidad por ser la principal vía para detectar las infecciones por covid-19, tiene una utilidad que trasciende el ámbito sanitario.

“Los enfoques genéticos pueden ser de gran ayuda para rastrear la procedencia de los productos del mar como el mejillón, una de las especies más cultivadas en la Unión Europea, y poder asegurar su trazabilidad para evitar el fraude comercial, proteger este recurso marino y garantizar la seguridad del consumidor final”, explica la investigadora predoctoral de Azti a cargo de la investigación, Ane del Río.

Diferencias genéticas
Para diseñar esta nueva metodología, el personal investigador identificó primero miles de marcadores genéticos y posteriormente evaluó su utilidad para la caracterización geográfica de muestras de mejillón recogidas de áreas de cultivo del Atlántico, el Mediterráneo y del Pacífico Sudeste.

Los expertos se centraron en la especie de mejillón mediterráneo (Mytilus galloprovincialis), que es el que se cultiva de forma mayoritaria en las zonas objeto de estudio. Los resultados mostraron claras diferencias entre las poblaciones de mejillón mediterráneo cultivadas en el Atlántico y las del Mediterráneo, y también entre los individuos procedentes del Mediterráneo y del Pacífico Sudoriental.

A partir de estos hallazgos se ha desarrollado una metodología de asignación geográfica precisa y rentable para la identificación de mejillones comercializados en la zona atlántica europea y asegurar la trazabilidad y la seguridad alimentaria.