infoRETAIL.- Pequeño respiro en el gran consumo. Las ventas en volumen han vuelto a crecer en julio (+0,8%), tras dos meses de caídas. Por su parte, la facturación del sector ha aumentado un 11,3% interanual con una subida de los precios del 10,4%.
Así lo indican los últimos datos publicados por NIQ, que señala que la alimentación es la categoría con mayor crecimiento de la demanda (+2,2%) y de ventas en valor (+13%). Por su parte, tanto droguería y perfumería, como bebidas han registrado subidas de facturación del 10% y 7,2%, respectivamente. Mientras que las bebidas han reducido sus ventas en volumen un 1,4%, los productos de droguería y perfumería las han elevado un 1,8%.
Por lo que respecta a los precios, siguen registrando variaciones al alza frente a un año antes y así, desglosado por grandes secciones, la alimentación ha incrementado su precio en un 10,5%, mientras que bebidas lo ha hecho un 8,7%, y droguería y perfumería ha sido un 8% superior, respecto a julio de 2022.
Respecto a la evolución de las categorías por volumen, los artículos de tratamiento facial, además de bajar su precio sensiblemente, son los que más incrementan su demanda (+16,6%), seguidos de los productos dietéticos (+14,9%). Tras ellos aparecen los quesos blancos pasteurizados (+14,6%), el queso rallado (+13,9%), los insecticidas (+10,1%), los quesos de bola (+9,3%), los frutos secos (+9,3%) y ambientadores (+8,7%).
Por el contrario, entre las categorías menos demandadas, figura la parafarmacia de gran consumo (motivado por el fin de las mascarillas y los geles hidroalcohólicos), que caen un 24,3%; los quesos tipo petit, que recortan sus ventas en volumen un 14,6%, los alimentos infantiles, un 8,4%; la horchata, un 7,5%; los zumos, un 7,4%; los espumosos, un 4,1%; las conservas vegetales, un 4%; los ahumados, un 3,5%; y las bebidas alcohólicas, un 3,1%.
Evolución del precio
El comportamiento del mes de julio en cuanto a los productos más inflacionistas sigue la tendencia registrada en meses anteriores. El azúcar continúa siendo el que más sube su precio respecto a un año antes, con un incremento del 34,6%, seguido de la parafarmacia de gran consumo, un 25,3% más; el arroz, un 24,1% más; las verduras congeladas, que se incrementan un 20,8%.
A continuación, está la horchata, con una subida del 19,7%, seguida de los alimentos infantiles, que ven como elevan el precio en un 18,2% o la protección solar, que registra un alza del 15,4%, el mismo porcentaje que experimenta el aceite que vuelve a entrar en las categorías que alcanzan mayor inflación.
Al otro lado, aparecen los productos que registran menores crecimientos en su precio promedio frente a julio de 2022, donde la moderación en el alza de precios se va notando en productos como el café que sube un 3,5%, los detergentes de la ropa, con un incremento del 2,9%; los platos preparados refrigerados, un 2,6% más; los frutos secos, un 1,7% más o el maquillaje, un 1,3% más.
Con poca variabilidad, se sitúan el queso rallado, con una subida del 0,9%; los dietéticos, un 0,7% más; los productos de higiene femenina, un 0,3% más, e incluso se registran bajadas en las pastas alimenticias, con un 0,1% menos o el tratamiento facial, que ve como desciende su precio un 4,9%.
Sube la marca del distribuidor
En cuanto a la diferencia entre marcas, la situación sigue siendo similar a periodos anteriores, con un incremento de las ventas en valor de las marcas de distribuidor (MDD) del 16,7%, frente a la subida del 7,5% de las marcas de fabricante (MDF), mientras que las ventas en volumen se elevan en un 4,7% para las primeras y disminuyen un 3,1% para las segundas
Patricia Daimiel, directora general de NIQ para el Sur de Europa, ha señalado que “un mes más se constata que los precios siguen al alza, frente al pasado año, en muchas categorías incluyendo productos básicos como el azúcar, el arroz o el aceite, aunque también es cierto que están disminuyendo en otras, como pudieran ser las pastas. Además, se observa un ligero incremento de las ventas en volumen, tras la tendencia de contención en lo que llevamos de año”.
“Pero también hay que indicar -continúa Daimiel- que, a falta de los datos del mes de agosto, se trata de un periodo especial por las vacaciones estivales en el que el consumo se traslada fuera del hogar, aunque se compensa con la demanda de los turistas. Nos enfrentamos ahora al regreso de las familias a sus hogares de residencia y la compra de productos básicos para reponer existencias, algo que nos podrá ayudar a identificar algunas tendencias de los próximos meses”.