El sector cárnico ilustra a Alberto Garzón

infoRETAIL.- El sector ganadero-cárnico ha respondido a las recientes acusaciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, en las que anima a la población española a reducir el consumo de carne aludiendo motivos relacionados con la salud y el medio ambiente. 

En una carta firmada por seis organizaciones interprofesionales (Asici, Avianza, Intercun, Interovic, Interporc y Provacuno), acusan al ministro de “irresponsable” por utilizar los datos “de forma interesada” y muestran su preocupación ante el hecho de que un ministro del Gobierno de España enarbole una serie de afirmaciones “erróneas o desenfocadas”.

“Las seis Organizaciones Interprofesionales firmantes queremos manifestarle el estupor de los cientos de miles de ganaderos, empresas, trabajadores y técnicos de toda España vinculados a los sectores ganaderos y cárnicos a los que representamos, ante la campaña suscrita por usted mismo y el Ministerio del que es titular, en la cual difama al conjunto del sector ganadero-cárnico”, recoge la misiva.

En este sentido, los firmantes responden punto por punto a las acusaciones vertidas por Garzón contra la industria cárnica. “Cuando asegura que el consumo excesivo de carne ha conllevado el aumento de enfermedades cardiovasculares, diabetes e, incluso, de algunos tipos de cáncer, debe saber que todos los indicadores internacionales reflejan que el patrón de dieta y de estilo de vida de nuestro país es de los más adecuados del mundo, ofreciendo perfiles que sitúan a España a la cabeza mundial”.

La industria cárnica califica a Garzón de irresponsable: “Es preocupante que un ministro del Gobierno de España enarbole una serie de afirmaciones erróneas o desenfocadas”

De hecho, España es el país más saludable del mundo, el que cuenta con mayor esperanza de vida y cuyo índice de incidencia de cáncer se sitúa muy por debajo de la media de todos los países de la OCDE.

“Cuando asegura que para producir un kilo de carne se requieren 15.000 litros de agua, debe saber que el 90% del agua que se atribuye a la producción de carne es ‘agua verde’, procedente de la lluvia, que seguiría cayendo en caso de desaparición de los animales. Solo un 10% corresponde a ‘agua azul’ y ‘agua gris’, una cantidad inferior a la de muchos cultivos vegetales”, explica la carta.

En respuesta a la acusación de que el 14,5% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial provienen de la ganadería, la industria recuerda que la producción de ganado y estiércol representan solo el 5,8% de las emisiones.

Además, asegura que la energía, ya sea en forma de electricidad, calor, transporte o procesos industriales, representa la mayoría (el 74%) de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El sistema alimentario mundial, que abarca la producción y los procesos posteriores a la agricultura, como el procesamiento y la distribución, representa el 26% restante de las emisiones. Y de ese 26%, la ganadería y la pesca representan solo una tercera parte.

“La intensidad de las emisiones (CO2 eq/kg de carne) varía entre las diferentes áreas del mundo. En nuestro entorno (Europa del Oeste) tenemos una de las intensidades de emisión más bajas del mundo (FAO, 2017). Nuestros sistemas productivos son más eficientes en el uso de los alimentos, en el manejo y en la sanidad animal. Por eso producimos menos emisiones por unidad de producto final”, señala la carta.

Asimismo, invitan al ministro a recordar que en España, la producción ganadera de carne representa únicamente el 7,8% del total de emisiones de GEI del país. Por el contrario, el transporte supone el 27% de esas emisiones, seguido por la industria con un 19,9%, la generación de electricidad (17,8%), el consumo de combustibles (8,5%) o los procesos industriales y uso de otros productos (8%). 

Antibióticos
Finalmente, la industria también ha querido responder a la afirmación de Garzón de que “el abuso de antibióticos pone en peligro su eficacia tanto para los animales como para los humanos”. En este sentido, el sector cárnico recuerda que el uso de antibióticos como promotores de crecimiento de los animales de granja está prohibido desde 2006.

“Solo a veces, como ocurre en el caso de los humanos, es necesario tratar a los animales destinados a la producción de alimentos para curar alguna enfermedad bacteriana. El uso responsable de medicamentos garantiza el bienestar de los animales, y que los alimentos que de ellos se derivan sean sanos y seguros”, añade.

La normativa europea regula qué medicamentos y cómo se pueden emplear para tratar a los animales. Así, solo se pueden usar los medicamentos que han sido autorizados tras haber sido sometidos a una evaluación de riesgo con base científica y resultado favorable.

“Así lo ha confirmado también la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) indicando que España redujo un 13,6% las ventas de antibióticos veterinarios en 2019, siendo una reducción del 58,8 % entre 2014 y 2019”, reza la carta.