El transporte animal y el sector cárnico

infoRETAIL.- La Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) ha trasladado a las administraciones españolas y europeas su preocupación por la falta de base científica y rigor técnico en la propuesta de Reglamento de Bienestar Animal en el Transporte, actualmente en tramitación en Bruselas. La organización reclama una normativa equilibrada que garantice el bienestar animal sin comprometer la viabilidad del sector cárnico español.

Entre las principales preocupaciones expresadas por Anice se encuentran la distorsión del mercado interior europeo, la dificultad para cumplir los límites propuestos por la dimensión territorial de España, el impacto desproporcionado sobre el país, las restricciones por temperatura, los efectos en la conciliación laboral, el aumento de costes y la pérdida de competitividad.

Anice advierte que, en su redacción actual, el Reglamento implicaría pérdidas del 17 % en la producción ganadera de vacuno y del 7 % en porcino, con consecuencias graves para la cadena ganadero-cárnica: alteraciones en la cadena de suministro, escalada de costes de producción y riesgos para el consumo interno y las exportaciones.

Anice advierte que, en su redacción actual, el Reglamento implicaría pérdidas del 17 % en la producción ganadera de vacuno y del 7 % en porcino, con consecuencias graves para la cadena ganadero-cárnica

En el porcino, se estima un incremento de costes de hasta 1.600 millones de euros anuales en la UE, con una inversión mínima requerida de 4.000 millones de euros para adaptarse a las nuevas exigencias. En el vacuno, los costes aumentarían en 220,8 millones de euros al año, con una pérdida de producción del 3%, una reducción del 25% en sacrificios y el riesgo de desaparición de 6.190 granjas. Además, se prevé un incremento del transporte por carretera del 222% y de las emisiones de monóxido de carbono.

Desde comienzos de 2024, la asociación ha trabajado junto al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y al resto de organizaciones de la cadena ganadero-cárnica para definir la posición oficial de España sobre esta propuesta. Se han realizado análisis exhaustivos de su impacto económico, social y ambiental, concluyendo que presenta escasas y dudosas ventajas en cuanto a la mejora de la protección de los animales transportados.

En palabras del director general de Anice, Giuseppe Aloisio, “una vez más, un planteamiento de Reglamento que ha obviado el rigor científico y el sentir de los sectores y que tal y como está redactado ni de lejos garantiza y eleva los estándares de bienestar animal de nuestros sectores”. 

Impacto económico y social en toda la cadena cárnica
En la industria cárnica, se reduciría la disponibilidad de animales para sacrificio por la caída de la producción y las limitaciones al transporte, lo que afectaría especialmente a España, por su alta dependencia del suministro de animales vivos desde otros países. Esto tendría efectos negativos en la producción, el consumo y las exportaciones, además de una alteración de los canales de suministro y una escalada de costes a lo largo de toda la cadena de valor.

Para el sector transporte, se calcula un aumento del 68% en la flota de vehículos, un incremento del 177% en el coste por tonelada-kilómetro en bovino pesado y un 28% en cerdos de cebo, con un sobrecoste de hasta 85.000 euros por vehículo. También se estima una reducción del 35% en los trayectos hacia sacrificio y que las emisiones de CO2 casi se cuadrupliquen, pasando de 116.263 a más de 406.000 toneladas al año.

El Reglamento también provocaría una reducción de la oferta alimentaria y un encarecimiento de precios, lo que retraería el consumo, especialmente en las rentas más bajas. Asimismo, contribuiría a un mayor impacto en la inflación alimentaria, afectando a productos básicos como la carne, el pescado y los huevos.