infoRETAIL.- El gran supermercado acapara un 64,7% de cuota de mercado frente al 5,9% del pequeño supermercado, según el Informe Anual de Anged. “La llegada de nuevos actores, procedentes del comercio electrónico, está generando una rivalidad feroz y amenaza y el futuro de muchas compañías incluso aquellas que están fuertemente consolidadas”, apuntan desde la consultora Prodware.

Por este motivo, la compañía de servicios de consultoría ha elaborado una guía con los pasos a seguir para que estos establecimientos puedan sobrevivir:

1. 'Engagement' y fidelización con el cliente:
La inversión en tecnología y software debe servir para lograr una vinculación más fuerte entre los clientes y las marcas. Es decir, ofrecer un valor añadido al cliente para que nos elija frente a la competencia. Es importante ser conscientes de que la experiencia de compra debe permanecer consistente en cualquiera de los canales de venta, desde el establecimiento hasta la tienda online.

2. Digitalización interna: Mejorar la trazabilidad de productos para detectar aquellos a punto de caducar, agilizar los procesos de cobro gracias a TPV móviles, mejorar el acceso a información relevante de la tienda para empleados o clientes o evitar la pérdida desconocida y mejorar la seguridad del establecimiento es ahora posible gracias a la tecnología.

3. Operaciones y logística:
El internet de las cosas, el análisis predictivo, los sistemas 'cloud' o la inteligencia de negocio facilitan el desarrollo de esta área a través de cambios específicos como el reaprovisionamiento automático de 'stock'.

4. Diseño de nuevos productos o modelos de negocio: En todas las empresas, incluso en las consolidadas, existe un peligro de inacción que, con el ritmo actual de innovación, supone una verdadera amenaza para su continuidad. Para evitarlo, deben establecer formas de trabajo más dinámicas y flexibles, así como disponer de información completa y actualizada para tomar decisiones más rápido que permitan adaptarse a los ritmos del mercado.

Por otro lado, realizar inversiones en sistemas adaptados a las necesidades de la empresa y que ofrezcan un ROI rápido. Esto se puede lograr a través de herramientas de gestión de la cadena de suministro, que mejoran los procesos logísticos, así como herramientas omnicanal que favorezcan la vinculación emocional del cliente con la marca.