infoRETAIL.- Existe una relación estadística positiva entre la innovación de un producto y el crecimiento del gasto, no solo de la propia marca, sino también de toda la categoría a la que pertenece. Así se ha puesto hoy de manifiesto en la presentación del estudio ‘El impacto económico de la innovación en el sector de Fast Moving Consumer Goods’, elaborado por KPMG para Promarca.

El informe destaca que la llegada de un producto al lineal nuevo no solo incrementa las ventas del mismo, sino también arrastra a las del resto de la categoría, en lo que Carlos Pascual, socio de Risk Consulting de KPMG en España, llama ‘efecto arrastre’. “Este efecto positivo no solo impulsa al producto innovador en sí, sino también parece que potencia al conjunto de la categoría”, ha comentado.

Para elaborar el informe, se ha construido un modelo econométrico aplicado a un panel de datos que recoge 22 categorías de productos para el periodo comprendido entre enero de 2012 y enero de 2016.

“El modelo de demanda construido muestra que la aparición de una innovación dentro de una categoría de productos hace que el volumen de ventas por hogar se incremente, de media, un 1,4% en el periodo analizado”, ha señalado Carlos Pascual.

Así, la contribución del valor de ventas de las 22 categorías analizadas asciende a 19.395 millones de euros, representando un 1,86% del PIB. Si la innovación se hubiera mantenido en niveles similares a 2010, el impacto hubiera supuesto un crecimiento adicional de más de 1.100 millones de euros, representando 1,97% del PIB.

Asimismo, la contribución al empleo directo de las 22 categorías analizadas es de 122.000 empleos, pero de haberse mantenido los niveles de innovación previos a la crisis esta cifra podría haberse visto incrementada en 2.700 empleos adicionales, que podrían haber alcanzado los 8.000 si se tiene en cuenta el arrastre sobre el empleo indirecto.

Categorías con más esfuerzo innovador
Los datos analizados muestran que las categorías que mayor esfuerzo innovador presentan son: chocolates, postres preparados refrigerados y panadería industrial, galletas, helados, aguas, yogur y leche fermentada, cereal, patatas fritas y otros fritos.

En un segundo grupo, se encuentras las bebidas refrescantes, leche líquida, aceite, infusión, fiambre, patés y quesos, platos elaborados, margarina, categoría baby y zumos. Finalmente, las categorías con menor esfuerzo innovador son las conservas vegetales y las verduras congeladas.
 
“Cuanta más innovación hay, más compra el consumidor y más crecimiento se da”, ha señalado Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, que ha hecho un llamamiento a todos los operadores del mercado para “no obstaculizar” la innovación y “hacerla fluir”, ya que será “buena” para el país, la distribución, la industria y el consumidor.