Sección de frutas y verduras de Alcampo

infoRETAIL.- Martes 17 de marzo de 2020. Madrid. Hipermercado de Alcampo en la Avenida de Pío XII. Tercer día de confinamiento desde la entrada en vigor del Real Decreto 463/2020, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19. Esta mañana he salido de casa para acercarme a la oficina a recoger unos documentos que necesito para el cierre del número de marzo-abril de la revista. Y de camino al lugar de trabajo, me he parado en este establecimiento de Alcampo, uno de los que más vende de toda la compañía en España.

Son poco más de las nueve de la mañana. Conduzco por la calle de Costa Rica. Cruzo las plazas de República Dominicana y del Perú. No hay tráfico. Lo que hasta la semana pasada fue hora punta, ahora es un mal sueño. Madrid, como toda España y media Europa, languidece por culpa del maldito virus. Más aún con el día llorón que ha despertado hoy… Llego al aparcamiento del hipermercado y es la primera vez que lo encuentro prácticamente vacío.

Los establecimientos de Alcampo, a diferencia de otras cadenas de distribución, mantienen sus horarios habituales

Esta tienda mantiene, al igual que el resto de establecimientos de Alcampo, su horario normal. Abre de nueve de la mañana a diez de la noche. La compañía no ha querido modificar los horarios de apertura de sus puntos de venta -como sí ha ocurrido en otras cadenas- porque de esa manera, afirman, se asegura el equilibrio de aforo, evitándose la concentración de clientes en horas muy concretas. ¿Para qué cambiar cuando no hay necesidad de hacerlo?

Quiero comprar dos barras de pan, una malla de naranjas para hacer zumo (la vitamina C siempre es importante, aunque temo que lo que realmente echaremos en falta estos tristes días es la vitamina D…) y algo de pescado. Algunos empleados llevan guantes, otros no (aunque no existe recomendación de las autoridades sanitarias, la compañía los ha puesto a disposición de sus trabajadores). También hay guantes desechables en la zona de fruta y verdura a granel para los clientes, a quienes se recuerda su uso obligatorio a través de la cartelería. Es una invocación a la responsabilidad colectiva.

Me cruzo con algún que otro trabajador por los pasillos del hipermercado, guardando siempre la distancia obligatoria de un metro de separación. Llego al mostrador de pescadería y la joven que está al otro lado resuelve las dudas (sobre qué comprar) que tengo y me despide con una sonrisa.

“La gente está preocupada con la idea de un posible desabastecimiento, pero aquí está entrando mercancía a diario y reponiéndose constantemente”, comenta una empleada

Alcampo, al igual que el resto de cadenas, ha tenido que limitar el aforo de sus tiendas y establecer una separación mínima de un metro, tanto en el interior como en el exterior del establecimiento. Además, la compañía pretende que los clientes estén el menor tiempo posible en el interior del punto de venta y compren las cantidades habituales que suelan adquirir. “La gente está preocupada con la idea de un posible desabastecimiento, pero aquí está entrando mercancía a diario y reponiéndose constantemente”, me comenta una empleada.

Llega la hora de pasar por caja. Pago con tarjeta de crédito (Auchan Retail España ha emitido un comunicado recomendando el pago con móvil o con tarjetas contactless, intentando evitar el uso de efectivo). La cajera me ha dado los buenos días y ahora se despide. En tiempos de virus y confinamiento, se agradece la amabilidad y una sonrisa… Junto a ella, un bote de gel hidroalcohólico higienizante.

Salgo del establecimiento y en mi cabeza voy rumiando la cantidad de referencias que estoy leyendo estos días en la prensa sobre ‘La peste’, la novela de Albert Camus. Yo, en cambio, me quedo con una idea que guardo en mi bolsillo de cuando leí ‘El mito de Sísifo’, también del escritor argelino: “Llega siempre un tiempo en que hay que elegir entre la contemplación y la acción”. Es hora de actuar todos juntos. Es el momento de que este virus lo paremos unidos.