Clienta en un supermercado

infoRETAIL.- Cercanía se ha convertido en el principal factor de compra para los consumidores a la hora de elegir un establecimiento, con el 50,5% de los votos favorables, por delante de calidad (48,6%) y precio (42%), según una encuesta realizada entre 3.101 usuarios por la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC).

De esta forma, los supermercados se consolidan como el lugar habitual de los consumidores para realizar su compra, al ser la opción preferida por el 62% de los encuestados, es decir, dos puntos más respecto a la edición de 2017. Por detrás se sitúan los hipermercados (17%) y el pequeño comercio y las tiendas especializadas (15%).

Según el estudio, el 78% de los participantes asegura haber modificado en 2018 sus pautas de consumo, frente al 72% del año anterior. El incremento de seis puntos porcentuales coincide con el experimentado en quienes aseguran haber reducido el gasto en alimentación (13,8%), hecho que pone de manifiesto que ha aumentado el porcentaje de población que opta por la cautela en sus hábitos de consumo.

Aún existe un 26% de la población que considera que la información de las etiquetas es confusa

En este sentido, la alimentación fuera del hogar ha disminuido, tal y como demuestra el hecho de que el 39% de los encuestados aseguren no comer ni cenar nunca fuera.

En términos de alimentación saludable, un 30% de consumidores asegura que no mantiene una dieta saludable en 2018, ejercicio en el que cae el porcentaje de consumidores que considera que sus hábitos alimenticios son saludables (68% frente al 75% de 2017). A este respecto, grasas (34%) y azúcares (30%) son los dos elementos de la información nutricional que más se valoran, seguidos más de lejor por la sal (13%).

En lo que a tipo de alimentos se refiere, el estudio pone de manifiesto que, en general, la frecuencia de consumo de productos no perecederos es menor que la de perecederos.

Así, en 2018 se consolida la preferencia de los consumidores por los productos frescos frente al congelado o los platos preparados. Si bien, mientras que en el caso de la carne se experimenta un crecimiento de 1,8 puntos (96%), el pescado cae 4,6 puntos (73%) en favor del congelado. Además, la mitad de los encuestados consume verdura de dos a tres veces por semana y un 12% opta por alimentos industriales a diario.

Más uso habitual del comercio electrónico
En cuanto a la evolución del comercio electrónico, la compra de alimentos y productos de higiene de los consumidores a través del canal online se ha consolidado en 2018, año en que casi se ha duplicado el porcentaje de encuestados (del 3% al 5%) que utilizan habitualmente dicho canal.

Asimismo, la confianza por el comercio online ha crecido considerablemente, y ya el 55% de los consumidores, frente al 47% de 2017, considera que en la compra por internet los productos son seguros y de calidad.

Por su parte el 60%, frente al 54% de 2017, opina que este canal garantiza los mismos derechos a los consumidores y cae del 27% de 2017 al 19% actual el porcentaje de consumidores que prefieren ver personalmente lo que compran.

El supermercado se consolida como el lugar habitual de los consumidores para realizar su compra (62%), por delante del hipermercados (17%) y el pequeño comercio (15%)

Sobre el etiquetado, al igual que en 2017, la mitad de los encuestados (51%) cree estar bien informado en materia de alimentación y el etiquetado, aunque baja diez puntos, hasta el 61%, es su principal fuente. Además, aún existe un 26% de la población que considera que la información de las etiquetas es confusa, por lo que se constata la necesidad de adecuar el etiquetado a las necesidades que plantea el consumidor.

Por otro lado, crece el porcentaje de quienes consumen productos una vez pasada la fecha de caducidad, y en 2018 ya el 50% de los encuestados reconoce realizar esta práctica, mientras que el de quienes consumen productos una vez pasada la fecha de consumo preferente crece 3 puntos, hasta el 72%. Persiste además cierta confusión a la hora de distinguir una cosa de la otra (26%).

Finalmente, a nueve de cada diez consumidores (93%) les preocupa el desperdicio de alimentos y creen necesario el consenso de todos los agentes sociales para disminuirlo, al tiempo que un 92% dice hacer algo por evitarlo, pues el consumidor también se considera cada vez más responsable (55%) de ello.

Además, los consumidores españoles optan por la eficiencia de los recursos y por la disminución del desperdicio de alimentos y creen que una compra más racional y eficiente, unida a una mayor gestión y concienciación sobre el desperdicio de alimentos (49%) garantizaría el acceso a la alimentación de toda la población.