Novedad de plástico de Ecoembes

infoRETAIL.- TheCircularLab, el centro de innovación en economía circular de Ecoembes, ha creado un nuevo material plástico biobasado -es decir, que se obtiene a partir de residuos vegetales como mondas de patatas o cualquier otro desperdicio vegetal, en lugar de petróleo-, compostable, reciclable, y biodegradable en el entorno marino.

Este plástico sostenible, que se ha desarrollado junto al centro tecnológico Ainia y proviene de materia 100% orgánica en descomposición, sienta las bases de toda una revolución en el ámbito de la economía circular, tal y como aseguran desde Ecoembes.

Al igual que los plásticos procedentes de otras fuentes no vegetales, este nuevo material, que responde al nombre de PHBV (PoliHidroxiButilValerato), podría usarse para el envasado de productos de alimentación y/o bebidas. Pero a diferencia de ellos, además de reciclarse, se podría compostar e incluso, biodegrarse en el entorno marino.

Este nuevo material se obtiene a partir de residuos vegetales (como patatas o zanahorias) y se puede usar en la fabricación de envases como botellas o bandejas para alimentación y bebidas

Además, podría ser una alternativa para tratar los residuos provenientes de mercados municipales y otras instalaciones en las que se generar grandes cantidades de este tipo de alimentos, contribuyendo no solo a que sean reciclados, sino también a aminorar el desperdicio alimentario.

Este nuevo tipo de plástico, que está en fase de prototipo, se consigue tras triturar el residuo vegetal y extraer la glucosa del mismo, la cual sirve de alimento para un microorganismo que se encarga de producir el biopolímero con el que se fabrica.

En palabras del coordinador de TheCircularLab, Zacarías Torbado, “el nuevo plástico sostenible es el germen de nuevos desarrollos basados en el diseño circular, y uno de los ejemplos de cómo serán los envases en el futuro”.

Por su parte, el consejero delegado de Ecoembes, Óscar Martín, ha señalado que “debemos dejar atrás la filosofía del producir, usar y tirar para adentrarnos en el nuevo paradigma de la economía circular y poder, así, ser capaces de responder a desafíos ambientales como el cambio climático, la contaminación o el uso eficiente de la energía. Porque no tenemos un planeta B”.