infoRETAIL.- Las principales cadenas de distribución han tenido que reajustarse a las nuevas necesidades de los consumidores, surgidas a partir de los cambios sucedidos en sus hábitos de compra durante los últimos cinco años.

La crisis económica ha generado un nuevo tipo de consumidor, más informado, más ahorrador y más exigente. En este sentido, Cognodata Consulting ha identificado los seis principales cambios que se están produciendo en el sector distribución y gran consumo.
 
1. El 45% del mercado de distribución y gran consumo no está controlado por las grandes superficies, a diferencia de otros países que es mucho menor. Los formatos con superficies pequeñas de venta resultan competitivos a pesar de no tener el nombre de los grandes distribuidores.
 
2. Saturación del mercado de Marca del Distribuidor (MDD) en España. Según Nielsen, estos productos ya han alcanzado una cuota del 43,5% en la cesta de alimentación. Sin embargo, el ‘boom’ de las marcas propias ya ha pasado y, en los últimos tiempos, no ganan cuota de mercado. El cliente vuelve a confiar en las marcas tradicionales y está dispuesto a pagar un poco más a cambio de mejor calidad.
 
3. Los fabricantes se saltan al retailer. Contactan directamente con el consumidor a través de diferentes canales, como promociones directas, marketing ‘one to one’ o promociones segmentadas. En este sentido, tanto los fabricantes como las grandes superficies están muy implicados en dar un mejor servicio al cliente y en ofrecerle los productos que más le pueden interesar. Esto lo consiguen gracias a promociones en el interior de los productos y acciones segmentadas de marketing digital basadas en la capacidad analítica de los datos que disponen de sus clientes.
 
4. La compra online es una realidad que ofrecen todas las cadenas de supermercados. Ahora cabe destacar la compra a través del móvil. Las principales cadenas ya disponen de aplicaciones intuitivas para móvil que permiten a los consumidores realizar su compra en cualquier momento y en cualquier lugar de una manera rápida, cómoda y sencilla a través de sus smartphones. El reto está en la facilidad de uso por parte del cliente y su cambio de hábito de compra.
 
5. La experiencia de compra del cliente mejora. El tiempo que pasan los clientes en la tienda se ha reducido drásticamente. Ahora, los supermercados potencian la compra rápida y, para ello, reducen el tiempo en colas a través de cajas rápidas o lectores de códigos. La disposición de los artículos también se ha modificado ya que los pasillos son mucho más amplios y los lineales más bajos para mejorar la experiencia del cliente, dar sensación de tienda y evitar la percepción de almacén masificado.
 
6. Precios diferentes para el mismo producto. Cambio de precio en determinados artículos, sobre todo en el caso de los perecederos, el mismo día a diferentes horas. Por ejemplo, las verduras se venden a un precio mucho más barato a última hora de la tarde. Hay una preocupación por la el desperdicio, la eficiencia y la productividad en tienda.
 
Para Daniel Encinas, socio director de Cognodata Consulting, “los cambios de hábito de los consumidores obligan a los distribuidores de alimentación a replantearse su negocio y orientarse mucho más hacia las necesidades y gustos de sus clientes”.

“Esto supone que los fabricantes y las grandes superficies se preocupen más por conocerles y, para ello, es fundamental que aprovechen las capacidades analíticas de los datos que disponen de sus clientes para poder acertar en que ofrecerles”, añade.