Camiones parados durante la huelga de marzo

infoRETAIL.- Las organizaciones agrarias -Asaja, COAG y UPA, Cooperativas Agroalimentarias- y las asociaciones empresariales FIAB, Aecoc, ACES, Anged, Asedas, Cedecarne, Fedepesca, Hostelería de España y Marcas de Restauración, han advertido sobre las posibles consecuencias que un nuevo paro del sector del transporte por carretera tendrían sobre el sector. En su opinión, “la cadena agroalimentaria no puede permitírselo”, han declarado.

Ante los anuncios relativos a la posibilidad de que se reproduzcan los incidentes que provocaron problemas en la cadena de abastecimiento de productos básicos de alimentación el pasado mes de marzo, el sector productor, la industria y la distribución alimentarias, han mostrado su preocupación por el impacto que esto podría tener sobre las empresas y los consumidores en un comunicado en el que manifiestan que:

1. La cadena agroalimentaria presta un servicio esencial para abastecer de productos de alimentación a la población que fue reconocido durante la pandemia Covid-19 y supone garantizar el derecho de los ciudadanos a acceder, en todo momento, a este servicio público y de los operadores a prestarlo bajo cualquier circunstancia.

2. El sector productor agrario se encuentra estos días en plena campaña de fruta de verano, gran parte de cuya producción tiene como destino los mercados internacionales. No poder responder a la demanda supondría una pérdida de prestigio que podría redundar en la pérdida de destinos de exportación y a desechar parte de las cosechas, con los perjuicios que esto supondría.

3. La eficiencia de la cadena hace que los productos frescos lleguen del campo a la mesa en 24 horas o menos, lo que implica que apenas exista capacidad de almacenamiento y que la imposibilidad de transportarlos produciría enormes pérdidas de producto y más desperdicio alimentario con los efectos económicos, sociales, medioambientales y reputacionales que esto supone y que se demostraron en la huelga anterior.

4. La industria alimentaria puede sufrir paros en su actividad si los productos básicos no llegan a las fábricas e, igualmente, experimentar enormes costes derivados de la conservación de los alimentos o de su pérdida. La recuperación de la actividad normal puede extenderse durante varias semanas, prolongando los problemas de desabastecimiento a la población.

5. La distribución alimentaria tiene que hacer un sobreesfuerzo de redistribución de alimentos a los puntos de venta y de reorganización del surtido disponible para no dejar desabastecida a la población. El cierre eventual de tiendas, la presión sobre los trabajadores y la dificultad para recuperar con rapidez la normalidad de suministro son otros de los efectos sobre el comercio del conjunto del país.

6. Tras la crisis sufrida como consecuencia de la pandemia, la hostelería, la restauración y el turismo pueden ver nuevamente amenazado su abastecimiento y, por tanto, sus negocios en plena campaña de verano, con las consecuencias que eso podría llegar a tener para la imagen de España como destino turístico nacional e internacional.

7. Finalmente, aun cuando el producto no pueda salir de las cooperativas y el funcionamiento de los negocios no pueda garantizarse, almacenistas de origen, lonjas, de las industrias o de las plataformas logísticas y todos los operadores de la cadena deben hacer frente al pago de salarios, cotizaciones, impuestos, inputs agrícolas y ganaderos, mantenimiento de sistemas de frío, etc., con pérdidas económicas millonarias.

Petición a los transportistas
La cadena agroalimentaria y el conjunto de la sociedad soporta una situación muy difícil, claramente marcada por un escenario inflacionista nunca antes visto en nuestro país. En este contexto, está haciendo un gran esfuerzo para tratar de repercutir lo menos posible al consumidor este incremento, así como de los efectos del anterior paro del transporte del que algunas cadenas de suministro no han podido aún recuperarse.

Un nuevo paro podría suponer la entrada en pérdidas de muchos operadores alimentarios, que están soportando a duras penas una coyuntura económica y geopolítica sin precedentes, por lo que sus representantes piden a los transportistas que no sometan a la sociedad a una nueva amenaza, máxime teniendo en cuenta el contexto en el que se encuentra un sector esencial, como es el agroalimentario, que trabaja para garantizar el abastecimiento de productos esenciales a toda la sociedad en cualquier rincón del país.