infoRETAIL.- El supermercado aumenta su poder dentro del consumo de alimentos entre los españoles, al acumular ya el 45,1% de la cuota del mercado, según el informe Mercasa 2017, lo que supone un punto porcentual más que en la edición anterior. En total, este canal ha facturado 338.041 millones de euros durante 2016.

Sin embargo, el principal movimiento observado en los formatos de distribución alimentaria durante el último año tiene que ver con el adelantamiento que ha completado el canal discount al comercio especializado. Así, los establecimientos de descuento han pasado de concentrar el 15,7% al 15,9%, mientras que las tiendas tradicionales han caído del 16,4% al 15,6%.

También los hipermercados se han visto perjudicados por el repunte de supermercados y discounters, ya que ha reducido su cuota 0,6 puntos porcentuales en los últimos doce meses, hasta quedarse con el 13,3%. A ello se suma el peso creciente del comercio electrónico en alimentación, que representa ya un 1,1% del total.

No obstante, el estudio apunta ciertas diferencias en la elección de los establecimientos por parte del consumidor español según se trate de alimentación fresca o seca. Para el primer caso, el comercio especializado sigue siendo uno de los formatos preferidos (alcanza, por ejemplo, una cuota del 24,8% en la comercialización de carne, del 26,2% en pescado o del 35,4% en las frutas frescas).

Para la alimentación seca, los establecimientos de libreservicio se han convertido claramente en la opción preferida por los hogares (los supermercados concentran, por ejemplo, el 73,8% de las ventas de leche o el 63,5% de las ventas de aceite de oliva).

En concreto, el comercio especializado distribuye el 33,8% de la alimentación fresca y el 3% de la alimentación seca mientras que los supermercados llegan al 33,3% de la alimentación fresca y el 53,3% de la alimentación seca (adicionalmente las cuotas de los establecimientos de descuento son 10,3% y 19,7%, respectivamente).

Más proximidad y menos fidelidad
A la hora de elegir el establecimiento de compra, se prioriza proximidad o cercanía (64,8%) por encima de calidad (56,7%) y nivel de precios (48,5%) aunque éstos últimos factores también tienen un peso relevante en la elección final, tal y como recoge el informe de Mercasa.

Para seleccionar los productos que se incluyen en la cesta de la compra, sigue existiendo fidelidad a las marcas (el 60,3% de los entrevistados manifiesta comprar siempre las mismas); no obstante, se ha producido un descenso notable en esta vertiente puesto que en el ejercicio anterior ese porcentaje era del 71,5%.

Cuando no encuentran la marca de fabricante de un producto, el 27,1% la busca en otro establecimiento, el 37,1% compra otra marca de fabricante, el 24% compra la marca de distribuidor y un 11,8% no compra el producto (vuelve a producirse una variación significativa con respecto al año 2015 puesto que estos porcentajes eran del 43,9%, 33,7%, 19,2% y 3,2%, respectivamente).

Además, el precio cobra una mayor importancia y, en este sentido, muchas veces se adquieren productos más baratos aunque la marca no sea conocida (el porcentaje de consumidores que dentro de unas determinadas marcas busca la más barata es el 32,7%).

Las marcas del distribuidor mantienen su importancia en la cesta de la compra (un 89,1% de los consumidores las adquiere en algún producto y sólo un 10,9% manifiesta no adquirir nunca productos de marca de distribuidor). Son resultados muy similares a los del año anterior, aunque vuelve a disminuir el porcentaje de consumidores que compran muchos productos con marca del distribuidor (pasa de 9,7% a 9,1%).

En cuanto a internet como canal de compra de productos de alimentación, es utilizado en alguna ocasión por un 9,0% de los consumidores (este porcentaje se eleva entre los jóvenes de 25 a 39 años al 14,3% y disminuye para los mayores de 55 años al 2,1%); en 2015, la participación se cifraba en 10,8% y en 2014, era de un 10,5% y, por tanto, se ofrece un cierto retroceso en esta faceta.