El Blog del Retail

Carlos García

CEO y fundador de Urban Planet Entertainment

Conóceme
Los centros comerciales se ponen guapos
Los centros comerciales están comenzando a acicalarse para seducir a sus clientes, buscando la diferenciación y potenciando una oferta experiencial en la que el ocio es el gran protagonista
11/10/2018

De igual manera que cuando tenemos una cita nos acicalamos con detalle, los centros comerciales están empezando a hacer lo mismo. Sin embargo, el encuentro de los malls no es con una persona especial, sino con un futuro en el que los centros comerciales han dejado de ser exclusivamente grandes puntos de venta.

El e-commerce ha ganado terreno y ya no es una amenaza futura, sino presente. Por ello, los grandes centros comerciales están buscando la manera de seducir a los clientes y que valga la pena la experiencia al acercarse a ellos. El traje que mejor sienta a los malls está siendo la oferta de ocio, que les ayuda a diferenciarse y se alejan así de la etiqueta de clónicos. Y precisamente en esta búsqueda de ese ocio que les haga únicos y especiales algunos han encontrado el complemento perfecto: los espacios comunes.

Olvidados por muchos, estas zonas son las más transitadas por los visitantes en los centros comerciales, ocupando el tiempo de los clientes que no están en una tienda, comiendo en un restaurante o disfrutando de alguna actividad lúdica. Por ello, algunos malls han visto en estos espacios una oportunidad para crear puntos de atracción, convirtiéndolos en algo más que meras zonas de paso.

Algunos centros comerciales están viendo en los espacios comunes una oportunidad para crear puntos de atracción, convirtiéndolos en algo más que meras zonas de paseo

Aportar atractivo al simple hecho de pasear por un centro comercial, disponer de zonas de juegos para niños o espacios donde descansar tras las compras es el reclamo perfecto para los malls que quieren acercarse a la idea de centros experienciales. Espacios comerciales como Las Rozas Village ejemplifican esta idea, contando con mucho más que meros pasillos para ir de tienda en tienda, sino con pequeñas calles ajardinadas que convierten el simple acto de transitar en una experiencia diferente.

¿Quién dice que en un futuro no se podrá recorrer un centro comercial en patines, tirarnos en tirolina para bajar de la tercera a la primera planta o disfrutar de espectáculos de luces y fuegos artificiales al estilo Disneyland cuando llega la hora del cierre? Son pequeñas locuras que pueden estar más cerca de lo que parece y que están destinadas a cambiar el rumbo de los grandes malls.

Se trata de ir un paso más allá, y no esperar a que los clientes entren a disfrutar de lo que ofrecen sus locales, sino ofrecer fuera de éstos alternativas de ocio

Reformular los espacios comunes otorga un valor añadido al centro comercial, ofreciendo a las visitas, como complemento, una oferta gratuita que puede ser el paso previo a realizar otras actividades de ocio, comprar en las tiendas o almorzar. Se deja por tanto de lado la idea de que los centros comerciales están diseñados para ir exclusivamente de compras, pasando al siguiente nivel ofreciendo algo más fuera de los locales destinados a usos comerciales y lúdicos.

Se trata de ir un paso más allá, y no esperar a que los clientes entren a disfrutar de lo que ofrecen sus locales, sino ofrecer fuera de éstos alternativas de ocio. Puede parecer frívolo, pero sin quitar importancia al interior, hay que ponerse guapos de puertas para afuera.