El Blog del Retail

Carlos García

CEO y fundador de Urban Planet Entertainment

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Ocio activo y tecnología: ya estamos tardando
Los centros comerciales serán capaces de atraer a una gran variedad de público con la unión de tecnología y ocio, que ha de reformularse para no ser aburrido y repetitivo
06/07/2018

La tecnología nos rodea a cada paso que damos, está presente en todos los momentos de nuestra vida y ahora nos parece imposible vivir sin ella, a pesar de que hemos pasado siglos haciéndolo. Móviles, tabletas, ordenadores, coches conectados… la tecnología llega a todos los lados, y el ocio no es una excepción. Videojuegos, libros electrónicos o portales de series y películas en streaming son algunos de los ejemplos de cómo las nuevas tecnologías han irrumpido con fuerza en este sector. Sin embargo, todavía queda el más difícil todavía, unificar la tecnología con un tipo de actividades lúdicas aparentemente incompatibles: el ocio activo.

Esta tipología de actividades que juntan el deporte y la diversión precisamente son un aliciente para dejar atrás el sofá de casa, levantarse, olvidarse por un momento de las pantallas y hacer ejercicio. Sin embargo, estos centros de ocio activo tienen la capacidad de innovar y encontrar la manera de hacer de un aparente enemigo un gran aliado.

La realidad virtual que conocemos está poco avanzada, limitando nuestras acciones al obligarnos a sostener un detector de movimientos más grande y pesado de lo que nos gustaría

Los parques de ocio están acostumbrados a generar sinergias, como las que crean con los centros comerciales en los que están presentes, atrayendo potenciales compradores gracias a su oferta, por lo que no parece imposible que puedan encontrar la manera de enhebrar la aguja para hilar las nuevas tecnologías con una tipología de ocio que fomenta el ejercicio físico.

¿Cómo hacerlo? A través de la realidad virtual. No se trata de sentarse frente a una pantalla con un mando y manejar a un personaje, sino de convertirnos nosotros en el protagonista. La realidad virtual que conocemos está poco avanzada, limitando nuestras acciones al obligarnos a sostener un detector de movimientos más grande y pesado de lo que nos gustaría. Con mecanismos como pulseras electrónicas nos liberamos de aparatosos periféricos y podemos saltar, correr, lazar o agacharnos con total libertad, tecnología que ya es accesible.

Sin embargo, a pesar de la existencia de esta tecnología, la realidad virtual se relaciona con una maraña de cables y de incómodos dispositivos que nos limitan los movimientos más comunes. El objetivo es cambiar esta idea y atraer al público a disfrutar de la fusión de dos mundos que parecían estar a años luz de distancia, pero que pueden unirse y crear nuevas opciones de ocio.

Aprovechando las posibilidades de la tecnología, el ocio activo puede dar un salto hacia el siguiente nivel y convertirse en la oferta lúdica por excelencia

El cliente es hiperactivo, inmediato y demanda renovación, quiere participar de manera más activa y poder así dedicar su tiempo libre a un ocio de calidad, para lo que todavía, por lástima, no cuenta de una oferta variada y de buen nivel en nuestro país. Aprovechando las posibilidades de la tecnología, el ocio activo puede dar un salto hacia el siguiente nivel y convertirse en la oferta lúdica por excelencia, captando la atención de los más curiosos y atrayendo a los más aventureros.

Saltar en una cama elástica esquivando obstáculos virtuales ya es posible, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Las soluciones de ocio tienen que reformularse de manera continua, para no acabar siendo aburridas y repetitivas, pero con más razón las que incluyan dispositivos tecnológicos como la realidad virtual, porque la tecnología avanza más rápido de lo que podemos asimilar. De esta manera, los centros comerciales serán capaces de atraer a una gran variedad de público, que encontrará en la unión de tecnología y ocio activo su plan por “experiencia”.