El Blog del Retail

Carlos García

CEO y fundador de Urban Planet Entertainment

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De zona de tránsito a punto de encuentro, ¿están los centros comerciales creando tendencia?
Los centros comerciales se concibieron inicialmente como una simple área de 'shopping', pero con el paso de los años el modelo se ha ido depurando hasta convertirse en espacios de ocio y entretenimiento. Algo similar está ocurriendo con otras zonas de tránsito como los aeropuertos.
17/09/2019

En sus orígenes, los centros comerciales se concibieron como zonas de tránsito que nos llevaban a multitud de tiendas. Comprar y listo. No obstante, a medida que pasaban los años el modelo se fue depurando, buscando nuevas maneras de que estas zonas de paso pudieran conservar el máximo tiempo posible a los clientes, poniendo a su disposición otro tipo de ofertas complementarias. Decidieron mejorar y reinventarse.

Primero fue la restauración, de tal manera que la hora de la comida no supusiera una brecha entre elegir la mañana o la tarde para ir de compras al centro comercial, para posteriormente ir dando entrada de manera progresiva al ocio y al entretenimiento, poniendo así a disposición de los clientes una oferta distinta al shopping que atrajera a los malls a un abanico más amplio de visitantes.

Vemos, por tanto, una evolución de estos espacios de lo comercial a lo experiencial, de lo singular a lo multidisciplinar, en definitiva, de zonas de tránsito a puntos de encuentro. Una evolución que continúa presente incorporando nuevas modalidades de entretenimiento únicas hasta la fecha y que ahora percibimos como natural, sin cuestionarnos que haya podido suponer renunciar a la esencia por la que fueron constituidos: las compras. Pero no se trata de renegar de las raíces, sino de adaptarse a los tiempos y las nuevas tendencias en busca de seguir creciendo y no estancarse.

Los centros comerciales han evolucionado de lo comercial a lo experiencial, de lo singular a lo multidisciplinar, de zonas de tránsito a puntos de encuentro

Algo similar ha ocurrido con otros espacios pensados inicialmente como zonas de tránsito por naturaleza, como es el caso de los aeropuertos. De fríos espacios de llegadas y salidas de turistas, las terminales de los aeropuertos se han ido expandiendo y adaptando a las necesidades de los pasajeros. Si al principio se proporcionaban únicamente los servicios básicos, estos espacios han ido creciendo y aumentando su oferta. Mientras esperamos la hora de embarcar podemos comer algo, comprar un libro o una revista para leer o irnos de shopping aprovechando nuestras últimas horas en el destino antes de volver. El aeropuerto en definitiva ha pasado de destino de tránsito a destino de shopping.

Siguiendo la estela de los centros comerciales, el paso natural parece ser incluir una oferta de ocio, la cual es todavía muy incipiente en los aeropuertos y que está enfocada casi en exclusiva a los más pequeños. Sin embargo, estas zonas de juego que ya están introduciéndose en las nuevas terminales aeroportuarias empiezan a marcar el camino, como sucede por ejemplo en el de Singapur, que es elegido el mejor del mundo cada año y, en parte, es por toda su amplia oferta de servicios al viajero.

Parece claro que la evolución natural de los espacios centrados en el 'shopping' es dar el salto a ofrecer experiencias, ya sean centros comerciales u otras localizaciones

Por tanto, tal y como está ocurriendo en los centros comerciales, el ocio irrumpe en los aeropuertos como una oferta complementaria a las compras que encaja como anillo al dedo en un espacio en el que nos vemos obligados a pasar largos periodos de espera sin saber cómo matar el tiempo, como cuando viajamos en avión.

En el caso de una familia, mientras los padres pueden irse de tiendas para pasar el rato, los hijos más pequeños pueden jugar en los parques infantiles. Sin embargo, ¿qué pasa con los adolescentes o aquellos padres que prefieran hacer algo que no sea shopping? No tienen una oferta pensada para ellos... todavía.

¿Deben por tanto los aeropuertos mirarse en el espejo de los centros comerciales? ¿Les toca ahora a ellos dar el salto de zonas de tránsito a puntos de encuentro? ¿Y si en vez de llegar dos horas antes como nos recomiendan -u obligan- llegamos con seis horas de antelación para su disfrute? Lo que parece claro es que la evolución natural de los espacios centrados en el shopping es dar el salto a ofrecer experiencias, ya sean centros comerciales u otras localizaciones.