Reducir el impacto de la inflación en márgenes

infoRETAIL.- La ola inflacionista que invade el país desde hace unos meses está repercutiendo de forma negativa en las empresas del sector, impactando directamente en sus márgenes y cuentas de resultados. La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) ha lanzado un nuevo 'Barómetro #Topcommerce' para analizar este fenómeno y aportar soluciones que mitiguen los efectos de la inflación en los costes empresariales.

Para ello, ha contado con la colaboración de ocho economistas y expertos empresariales: el vicepresidente ejecutivo de Anged, Javier Millán-Astray; el director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo; el socio EY Insights y People Advisory Services, Juan Pablo Riesgo; la economista senior de Funcas, María Jesús Fernández; el economista y profesor en Deusto Business School, Mario Cantalapiedra; la economista jefe de Singular Bank, Alicia Coronil; el economista y profesor en ESIC, Fernando Castelló; y la socia de EY Consumer Products and Retail, Transy Rodríguez.

“La situación internacional por la guerra en Ucrania y la crisis energética obliga a redefinir de forma inmediata la estrategia de las empresas, en un escenario muy duro. Este esfuerzo del sector privado tendría que ir acompañado de medidas que ayuden a reducir los costes y que flexibilicen el margen de actuación, si no queremos abocar al colapso de muchas de empresas”, comenta Javier Millán-Astray. 

Javier Millán-Astray: “Se deberían revisar las normas que aumentan los costes y dotar a las empresas de un marco de flexibilidad para ajustarse al nuevo entorno económico”

En su opinión, “mientras dure esta coyuntura se debería adoptar medidas en dos frentes. Por un lado, realizar una profunda revisión de aquellas normas vigentes o previstas que representen un incremento adicional de los costes de las empresas. Por otro lado, dotar a las empresas de un marco de flexibilidad imprescindible para cumplir los objetivos y ajustarse a las nuevas condiciones del entorno económico”.

Sobre una reforma fiscal se ha manifestado Gregorio Izquierdo, asegurando que “la mejor solución pasa por abordar una rebaja de los impuestos que soportan las empresas, así como planes liberalizadores, lo que permitiría evitar un deterioro mayor de los márgenes empresariales, así como sostener la actividad y el empleo”. 

En este sentido, considera que “nunca es tarde para abordar las reformas estructurales necesarias para mejorar nuestra competitividad, productividad y crecimiento potencial, entre las que destacan la mejora de la eficiencia del gasto público como medida clave”.

Alicia Coronil también se manifiesta favorable a una modificación impositiva: “Sería oportuno reducir la presión fiscal a las empresas, teniendo en cuenta que predominan las pymes. En concreto, debería reducirse el Impuesto de Sociedades (IS), a un tipo del 20%, y las cotizaciones sociales a cargo de la empresa, para que puedan contrarrestar el alza de los costes de producción y evitar efectos de segunda ronda”.

Gregorio Izquierdo (EY): “La mejor solución pasa por abordar una rebaja de los impuestos que soportan las empresas, así como planes liberalizadores”

Coincide en esta visión sobre el IS Juan Pablo Riesgo, quien aboga por nuevas deducciones en este impuesto, con cargo al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), por inversiones que mejoren la eficiencia de los procesos, que liberen recursos a las empresas y les dé más margen para evitar trasladar a precios el impacto de los sobrecostes de producción.

Asimismo, la portavoz de Singular Bank añade que la rebaja de la presión fiscal a las empresas debería ir unida de una mayor “eficiencia” del gasto público, de una “reducción” de la carga burocrática y del “diseño” de políticas de oferta destinadas a impulsar el crecimiento y la productividad de las empresas.

Fernando Castelló da una vuelta de tuerca más en su propuesta de reforma fiscal al considerar que una potencial rebaja de impuestos “debería ser temporal y tremendamente selectiva”. Además, señala que serían “adecuados” instrumentos de transferencias para los colectivos de empresas y familias más afectados por esta coyuntura inflacionista.

Tarifa energética
Centrado en el sector del comercio, el profesor de ESIC considera “fundamental” superar el enfoque coyuntural y adoptar una perspectiva a largo plazo que permita mejorar la productividad, junto a la transición energética, “algo que a medio-largo plazo hará posible la recuperación de márgenes”. 

El precio de la tarifa eléctrica es otro de los vectores que pueden ayudar a paliar los efectos de la inflación en las empresas. “La única medida realmente potente que está en manos del Gobierno sería modificar el funcionamiento del mercado mayorista eléctrico, con el fin de abaratar el precio de la electricidad”, destaca María Jesús Fernández, quien matiza que las pensiones deberían estar incluidas en un pacto de rentas, con el objetivo de distribuir el impacto del coste entre todos los agentes.

Mario Cantalapiedra (Deusto Business School): “Deberían arbitrarse mecanismos de subsidio en los consumos energéticos y de combustible de las empresas”

En este sentido, Mario Cantalapiedra sostiene que “deberían arbitrarse mecanismos de subsidio en los consumos energéticos y de combustible de las empresas en función de la intensidad con la que recurran a estas materias primas”. Por ello, recomienda llevar un control exhaustivo de costes, gestionar los riesgos de crédito comercial y replantear la estrategia comercial, tratando de diversificar la venta hacia clientes que proporcionen márgenes más elevados.

Finalmente, Transy Rodríguez menciona una serie propuestas estratégicas transversales para reducir el impacto inflacionista en los márgenes de las empresas: “Reducir los impuestos al consumo y la energía; fomentar la competencia; mejorar infraestructuras que optimicen las cadenas de producción; fomentar las importaciones de materias primas e inputs industriales reduciendo aranceles y cuotas; optimizar la regulación laboral; y definir políticas de rentas adecuadas a la situación”.

En este sentido, aconseja a las empresas que prosigan con el desarrollo de medidas que mejoren la competitividad, la búsqueda de nuevos mercados y alianzas estratégicas, y promuevan la consecución de ahorros que contrarresten la caída de márgenes a través de la automatización y digitalización.